Meena Malik

Los profetas existen como un puente entre Dios y la humanidad. Son maestros vivos de cómo se ve la Guía de Dios en la vida real. El concepto de profecía es central en el sistema de creencias del Islam. Para quienes aprenden sobre el Islam, es esencial comprender por qué los profetas tienen tanta importancia en el Islam y qué los distingue de los individuos comunes y corrientes.

¿Cuál es el papel de un profeta? 

En el centro de la necesidad de profetas se encuentra la comprensión de que Dios, en su infinita sabiduría y misericordia, desea guiar a las personas hacia la verdad y quiere que vivan una buena vida. Para ello, eligió comunicar esa Guía Divina a la humanidad. Pero, ¿cómo cierra Dios la brecha entre Él y los seres humanos? Podría comunicarse directa e individualmente con todos los habitantes de la tierra, pero ese no es el caso. Debido a que el mensaje del Islam incluye enseñanzas que impactan el estilo de vida de sus seguidores, Dios eligió personas especiales que sirven como modelos perfectos de cómo poner en práctica Su Mensaje Divino. Por lo tanto, los profetas cumplen dos funciones principales: portadores de revelación y ejemplos de guía divina.

¿Quiénes son los profetas? 

Los profetas son personas cuidadosamente escogidas por Dios y elegidas para servir como vasos que transmitan el mensaje de Dios a la humanidad. Lo que distingue a los profetas es su impecabilidad, una cualidad que significa que son puros y muestran una devoción inquebrantable a Dios. Dios protege Su Mensaje Divino creando profetas sin pecado y con carácter perfecto. Si bien no son inmunes al error humano ocasional, su naturaleza fundamental es perfecta y no está contaminada por la desobediencia deliberada. Además, están protegidos de las trampas del ego y la tentación, lo que garantiza que sus acciones y enseñanzas permanezcan inmaculadas por las influencias mundanas.

Históricamente, los profetas del Islam se dividen en dos categorías: profetas y mensajeros. Hay ligeras distinciones entre los dos, pero tienen propósitos complementarios. El profeta, o profeta, recibe inspiración divina sin la ayuda de una escritura específica y tiene la tarea de revivir las enseñanzas de sus predecesores y guiar a sus comunidades por el camino de la rectitud. Los ejemplos incluyen a Juan el Bautista y Zakariyyah, quienes defendieron el legado de sus respectivos predecesores al tiempo que impartían orientación moral a su pueblo. Por el contrario, el mensajero, o rasool, ofrece una revelación divina a través de las Sagradas Escrituras, como Moisés con la Torá y Jesús con el Evangelio. Su misión se extiende más allá de llamar a una comunidad a volver a recibir orientación; también incluye la enseñanza de la Revelación Divina. Tanto los profetas como los mensajeros fueron históricamente enviados a comunidades específicas y no fueron responsables de educar y guiar a toda la humanidad.

El Corán, la sagrada escritura del Islam, enumera 25 profetas por su nombre. Los musulmanes creen que todos los profetas enviados por Dios predicaron el mismo mensaje esencial: adorar solo al único Dios verdadero. Es posible que Dios haya enviado a muchos otros a lo largo de la historia cuyos nombres y legados no están documentados en el Corán. Esta inclusión refleja el principio divino de que ninguna comunidad está privada de la guía divina, con profetas enviados a todos los rincones de la tierra para iluminar el camino hacia la rectitud.

La necesidad de un profeta y mensajero final

Entre todos los profetas que Dios envió a la humanidad, una figura representa la culminación de esta tradición profética: Muhammad, la paz sea con él, el último mensajero de Dios. Su estatus único radica en su papel como el último profeta que Dios enviará para guiar a la gente y en su mensaje universal, que trasciende las fronteras culturales y temporales. A diferencia de sus predecesores, cuya misión se limitaba a sus comunidades inmediatas, el Profeta Muhammad, la paz sea con él, fue elegido por Dios para guiar y enseñar al mundo entero y a las generaciones futuras de la humanidad. En el Corán, Dios afirma: “Hoy he perfeccionado para vosotros vuestra religión y he completado Mi favor sobre vosotros y os he aprobado el Islam como religión” [Corán, 5:3]. MuhammadLa misión de, la paz sea con él, resume la esencia de todos los profetas anteriores, consolidando sus enseñanzas en una guía integral para la humanidad. Aunque los musulmanes creen y respetan profundamente a los profetas que vinieron antes Muhammad, la paz sea con él, solo siguen el Corán como su sagrada escritura y las enseñanzas directas del Profeta. Muhammad, la paz sea con él.

El Profeta Muhammad, la paz sea con él, es la figura más importante del Islam porque es quien recibió el mensaje del Libro Sagrado musulmán, el Corán. Un verso del Corán alude al Profeta Muhammad, la paz sea con él, diciendo: “Obedeced a Allah y obedeced al Mensajero… Y si le obedecéis, seréis guiados correctamente…” [Corán, 24:54]. Como se menciona en este versículo, siguiendo las enseñanzas del Profeta Muhammad, la paz sea con él es de suma importancia porque sirve como el maestro y líder que Dios eligió para guiar a toda la humanidad desde el año 610 en adelante.

En conclusión, los profetas en el Islam sirven como conductos entre lo divino y lo mortal, tienen la tarea de transmitir el mensaje de Dios y servir como ejemplos perfectos para la humanidad. Su impecabilidad y su compromiso inquebrantable con la justicia los distinguen como ejemplos a seguir por todos los creyentes. A través de sus enseñanzas y acciones, los profetas iluminan el camino hacia la salvación, asegurando que la luz de la guía divina llegue a todos los rincones de la tierra.

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